Las noticias de hoy, 7 de enero, han citado que en Noruega se están dando temperaturas de 42 grados bajo cero, en Alemania de 22 bajo cero, en Manchester (Inglaterra) 15 bajo cero, y en España… se prevén los 10 y 15 bajo cero. En la foto del
Eumetsat de las 5 pm se aprecia la invasión (en rojizo desde el morado) del frío polar hasta el norte de África.
Ante esto, algunos ponen en duda la predicción del
“calentamiento global” del planeta. Sin embargo, el Prof. Fernando Enebral Casares advertía ya en 1981, en el nº 81 monográfico que escribió para la
revista “El Campo” editada por el
Banco de Bilbao y cuya portada reproducimos, que el “calentamiento global” no sólo es
compatible con invasiones de frío polar en territorios continentales, sigo que éstas eran directa
consecuencia de aquél, en la medida que el calentamiento global provenía de estar el Ecuador
acumulando, por culpa del
'efecto invernadero' del anhídrido carbónico (CO2) sobre todo, un
exceso de calor que tenía forzosamente que
cederse a los polos terráqueos mediante
fuertes turbulencias. Tales turbulencias provocan alternativas
olas de calor y de frío.
Aún más: el frío polar, empujado por el exceso de calor que le llega principalmente mediante corrientes marinas, se
‘vierte’ a oleadas sobre las zonas continentales próximas, e incluso es
esperable que las tierras de latitudes altas acaben siendo dominadas por el hielo durante los inviernos, mientras que el de los mares polares se derrita…
En el margen, se reproducen, subrayadas, las páginas citadas.
Por tanto, tendremos que prepararnos para veranos tórridos e inviernos gélidos. Lo cual, evidentemente, supondrá graves daños para el sector agropecuario del que depende la alimentación mundial. Máxime, cuando las turbulencias llevan también consigo otros fenómenos como
lluvias torrenciales que arrasan la capa fértil de la tierra, y vientos localmente
huracanados que devastan el territorio.
Más aún: el Prof. Enebral adelantaba, en esa misma publicación del año 1981, que las placas tectónicas, aliviadas del peso del hielo en los polos, podrían desplazarse por la rotación de la Tierra y friccionar entre sí ocasionando grandes terremotos y vulcanismo. Hipótesis que ahora, 30 años después, comienza a ser asumida por la comunidad científica.
Lamentablemente, las advertencias de
“cambio climático” que Fernando Enebral publicó ya en 1976 y desarrolló en las Elecciones Generales españolas de 1977 y 1979 concurriendo como candidato al Senado en Madrid (donde logró un voto por cada tres pesetas dedicadas a ‘campaña electoral’; o sea, que si hubiese destinado los mil millones empleados por Roca Junient o Garrigues Walker para gastos electorales en ocasión posterior, en vez de los 30.000 votos obtenidos por éstos en Madrid, habría recogido el voto unánime de... la Unión Europea...), no sólo fueron desoídas, sino que fueron incluso ferozmente denostadas por países grandes productores de carbón,
petróleo, o gas (como la Rusia comunista o la Libia de Gadafi, entre otros) que, por aquel entonces, subvencionaban grupos fraudulentamente autonominados ‘ecologistas’. Y, en la actualidad, recientemente
‘secuestradas’ por colosales ignorantes muy avispados que, como el Sr. Al Gore, confunden los efectos globales de calentamiento terráqueo con las graves alteraciones meteorológicas que éste causa; confusión que da pábulo a ‘polémica’ --monetariamente sostenida, puesto que no puede serlo por razones físicas-- sobre los efectos reales del
anhídrido carbónico.
Pero el Prof. Enebral, que ya tuvo que soportar tergiversaciones parecidas, se adelantó sabiamente a desmontarlas, como vemos, en sus publicaciones de 1981.
Etiquetas: Al Gore, calentamiento global, calor, cambio climático, CO2, ecologistas, efecto invernadero, Fernando Enebral Casares, frío polar, lluvias torrenciales, ola, revista El Campo, vientos huracanados