Que Merkel y Sarkozy (a la izquierda, ABC 25 nov 08, p.7) digan que para reactivar la economía no van a bajar el IVA, mientras que Brown en Gran Bretaña anuncia que lo hará, es asunto de ellos. Creemos yerran el francés y la germana, en tanto que el británico acierta porque
si se bajan los impuestos es evidente que los ciudadanos tendrán más dinero gestionable y, por tanto,
podrán animarse más a
comprar productos. Más aún, claro, si los impuestos que disminuyen son los que --como el IVA-- gravan precisamente las transacciones comerciales, y que, si se aligeran de cargas externas, obvio es que se favorecen y agilizan (que es lo necesario para que haya
mayores expectativas de
ventas que animen a fabricar
productos empleando la consiguiente
mano de obra y repartiendo así la
riqueza proveniente de la asignación general y eficiente de recursos económicos).
En cambio, si con impuestos específicos se penalizan las transacciones comerciales, éstas se restringen y, con ellas, toda la actividad económica: menores compras -> menor producción -> menor puestos de trabajo -> menor renta -> menores compras -> menor producción -> menor puestos de trabajo ->... y ¡menor recaudación tributaria cada vez!, camino de la recesión hasta el colapso final de la economía. Esto es algo que deberían saber los ministros económicos, pero que, por lo visto, no saben.
Mas en España, la cuestión del IVA es extremadamente más intolerable, por cuanto que, según el art. 31.1 de nuestra Constitución y que dice: "Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica (etc)", éste y todos los "impuestos indirectos" (que gravan una transacción sin atender quiénes la hacen) son inconstitucionales y, por ende, nulos de pleno derecho; es decir, que pueden ser enteramente 'ignorados' porque jurídicamente 'no existen'.
En efecto: si Botín compra un lápiz y paga 0,16 € de IVA, no respeta el dicho art. 31.1 el que un carpintero compre el mismo lápiz y pague también iguales 0,16
€, sin atender a la diferente
'capacidad económica' de cada uno...
Por esto es todavía más increíble la ignorancia económica además del desprecio a nuestra Constitución que representa que PSOE y PP (ABC del 26, p.40) adviertan que 'no van a bajar el IVA'.
Pues miren ustedes: mantener este impuesto supone una de dos: o es una infracción constitucional que implica su imposible vigencia puesto que jurídicamente 'no existe'; o es una modificación de la Constitución que habría requerido la disolución de las Cortes y someterla a referéndum. Y como esto último no se ha hecho, tenemos que quedarnos con que 'no existe' y, por tanto, es una memez decir que se va a 'mantener' lo que, en rigor, ¡ni siquiera! existe...
Además el IVA (impuesto sobre el 'valor añadido') es, en sí mismo (y en cuanto viene ya expresado en su propia denominación) una barbaridad económica: porque lo que debe gravarse es la reventa 'sin haber agregado al producto "valor añadido" alguno', es decir, la reventa que nada productivo incorpora y que por eso es mera, pura y dura especulación digna de penarse.
O sea: lo que debería haber es un "IVNA" (impuesto sobre el valor NO añadido). Pero... ¿agregar "valor añadido" ha de penalizarse mediante un tributo? ¡De ningún modo!. Porque ¡eso! es lo que siempre debería suceder en toda transacción o reventa. Y debería premiarse en vez de gravarse.
Prof. Dr. Fernando Enebral Casares, Facultad Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad Complutense de Madrid.
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