Arriesgar el futuro por la injerencia de nuevas vacunas en las células
I) Riesgos imprevistos por injerirse en las células
En abril de 1985 publiqué una monografía sobre “Aspectos ecológicos de la producción eléctrica” en la revista genérica, de informaciones de actualidad, “Caduceo” (Madrid, nº 499), en cuya pág 22 apuntaba literalmente que:
"La expresividad de todo gen (y también de los oncológicos y sus precursores) depende de un “promotor” o fragmento contiguo de ADN (J.M. Bishop, 1982). Así, se estima que, en cada momento y célula, solamente un 10% de su información “génica” está “activa” (Stein et al., 1976).
Incluso el “promotor” puede venir regulado en su actividad por alguna proteína celular (R. Dulbecco, 1983). Se ha comprobado que las proteínas “no histónicas” - [que, por cierto, el “sabio” linotipista cambió por “no históricas”, jaja; y los subrayados son de ahora, por su probable relación con fabricar 'vacunas' contra el Covid-19] - regulan la expresividad de los genes de modo que, a lo largo del desarrollo del individuo, se activan y desactivan cientos de miles de aquéllos; razón por la cual las células se diferencian en tejidos distintos a pesar de portar todas indéntica “información” (Stein). En todo caso, agentes exteriores también pueden influir en la expresividad final de un oncogén. Por ejemplo, el gen “src” de algunas cepas del virus del “sarcoma de Rous” - [que es, por cierto, un retrovirus: como el de la gripe, o el del Covid-19] - se inactiva al subir la temperatura, devolviendo a las células infectadas su condición de no cancerosas (Bishop)
El comportamiento canceroso podría estar asociado, en fin, a procesos intensos de fosforilación (Stein) de proteínas celulares, tal vez desencadenados por alguna proteína regida por un oncogén. Así, en presencia de la fosfoproteína “pp60v-src” (originada por el gen vírico “src”), mutiplica por diez en la célula tumoral la cantidad de tirosinas fosforiladas (Bishop).
Pues bien: concorde con todo ello, nuestra hipótesis personal –y aún inédita, creo - [decía por entonces] -, en el ámbito científico-- sería:
a) Existen “embriogenes” destinados a expresarse sólo en las fases primigenias del organismo .
b) Tal expresividad vendría ordenada por la de un “promotor” que, a su vez, dependiese del ambiente proteínico del embrión.
c) Cesado el entorno embrionario, el promotor y su gen quedarían inactivos, “durmientes”.
d) Pero los embriogenes podrían caer bajo la influencia de “otro” promotor al sufrir una traslocación, y tornarse oncogenes (activos). También, por una mutación propia, o del promotor, o del ambiente del que éste depende - [recordemos: el proteínico celular]
e) Si es el ambiente quien varía de modo determinante, podría deberse a la intrusión de un gen vírico, o similares. - [recordemos: ya lo advertíamos ¡en 1985!: pero aplicable ¡ahora!]
En consecuencia, y ampliando la propuesta de Dulbecco antes reseñada, propondríamos que se investigue en oncogenes la influencia de proteínas que existen en la célula adulta y no embrionaria, y viceversa. - [Investigación que obviamente NO se ha hecho a la hora de ponerse a fabricar 'vacunas' contra el Covid-19] -
Resumiendo: todo agente que afecte a cualesquiera de las citadas concausas, puede ser cancerígeno y, en concreto, los impactos químicos o energéticos que alteran la célula, los “errores” metabólicos de ésta, y las inficiones”.
Ese mismo verano, en un ciclo Conferencias en El Escorial compartimos un amplio tiempo de conversación privada con Mariano Barbacid en la que tuvimos ocasión de exponerle lo anterior; y confesamos que nos satisfizo leer unos meses después, en la prensa, que efectivamente había iniciado la línea de investigación que arriba hemos recordado: sobre posible surgencia de oncogenes por evolución --espontánera o inducida-- de las propias proteínas celulares, alteradas... - [o sea: vacuna con neoproteínas puede ser oncogénica]
Y en fin, en aquella monografía (ibíd., o.c., 1985), añadíamos igualmente que:
“No obstante, el organismo posee mecanismos de homeóstasis (recuperación del equilibrio) capaces de encontrar, reparar y eliminar a tiempo las aberraciones e incidencias que surjan, salvo que le sean excesivas para su circustancia . Y si el cáncer finalmente aparece, podrá ser destruido por los sistemas inmunológicos del organismo, excepto si éste sufre alguna deficiencia bioquímica o enzimática. Por ejemplo: bastó inyectar plasma rico en inmuno-proteínas a un gato invadido de cáncer, para que éste remitiese casi por completo en sólo 12 días (L.J. Old). Pero si –y es ttambién hipótesis personal-- la detección de los antígenos tumorales o la unión de éstos y sus anticuerpos, dependiese de algún enzima específico –por analogía a como sucede con la reparación del ADN en la célula--, y si tal enzima está ausente o insuficiente en el organismo, entonces de nada valdría aportar al paciente plasma de enfermos curados, inmuno-proteínas, o anticuerpos. Descubrir enzimas detectores de antígenos, que enlacen éstos con los anticuerpos, debería, pues, ser también objetivo de futuras investigaciones serológicas.”
Apunte que también parece especialmente pertinente respecto de cómo estudiar la virtualidad de terapias o supuestas vacunas contra el Covid-19. Porque :
Por todo lo anterior, deberemos tentarnos muy seriamente la ropa antes de meter baza en la fisiología de una multitud de personas, introduciéndoles nuevas proteínas 'de laboratorio', o combinaciones de ellas, en sus ámbitos celulares: podríamos desatar una auténtica catástrofe de incalculables proporciones en el futuro.
De lo cual, y por si fuese poco con lo ya expuesto, llega el Covid-19 y se nos aparece como un “patógeno frankenstein” capaz de originar un variopinto sinnúmero de dolencias graves y aun mortales...
Efectivamente, a este respecto, convendría tener en cuenta lo siguiente:
II) Inconveniencia de las vacunas contra el Covid-19
Porque lo cierto es que:
Las vacunas son para ‘combatir’ el patógeno que YA TE han contagiado, y que tú YA ESTÁS pudiendo contagiar: por ej. la gripe (o el Covid-19).
Con las vacunas ¿se erradica la gripe? No. Todos los años ‘vuelve’... Prueba de que las vacunas PERMITEN los contagios y NO los erradican. Por eso, vuelven y vuelven (que es en lo que se basa el SINIESTRO pero suculento negocio de los fabricantes de vacunas: se ASEGURAN que SIEMPRE van a tener clientes. (E incluso MUERTOS,... como factor de PRESIÓN).
Las vacunas son ‘trozos’ del patógeno. Pero de antemano NO se sabe si esos trozos son YA capaces de causar VARIANTES de la enfermedad, o van a dar pie a NUEVAS patologías... De ahí la necesidad de testarlas durante AÑOS. Y aun así, NUNCA ofrecen un 100% de VERDADERA eficacia. ¿Acaso hay vacuna contra el ántrax (que también se reproduce 'esporulando'), o contra la malaria (que ídem de ídem)?
Las vacunas ESTIMULAN mutaciones en el patógeno, que puede volverse INCÓLUME. Buen indicio de ello es que, en Inglaterra, empezar a 'vacunarse' y tener, al parecer, una NUEVA CEPA del virus, han sido hechos extrañamente percibidos coincidentes... pero sucesivos. (¿Lo han sido?)
Respecto del Covid, que causa una ‘reacción orgánica exagerada’ (que ES exactamente como se define una ALERGIA), las vacunas -que se intentan- van dirigidas a REDUCIR esa reacción orgánica. Pero -como la cortisona- parece que NO mediante bloquear la secreción concreta y específica de ‘histamina’ -que inflama los tejidos-, sino de un modo ‘global’: reducir la producción de TODAS las substancias que el organismo produce para rechazar al intruso... Con lo cual, rebaja -sí- la ‘reacción EXAGERADA’...: pero también DESARMANDO al organismo de sus medios generales de defensa (como hace la cortisona, repito). De modo que le vuelve VULNERABLE a TODAS las posibles enfermedades (incluyendo, por tanto, las degenerativas que podrían ser concretamente propiciadas o aceleradas en su aparición: esclerosis múltiple, síndrome de inmuno-deficiencia (‘sida’), … y las psiquiátricas provenientes de deficiencias secretoras (pues que hemos afectado a las secreciones en general)).
Por esta razón, y como acertadamente se ha apuntado ya en los medios de prensa, el mantenimiento de los contagios a cambio de SÓLO la reducción de muertes, posiblemente podría aumentar estrepitosamente la población posteriormente DISCAPACITADA a la que resultar después IMPOSIBLE prestar asistencia adecuada y... de la que luego querer DESHACERSE por la expedita vía de la eutanasia convertida en OBLIGATORIA según criterios ¡'sociales'!... (¡Vamos!: algo más salvaje que el ‘gaseado’ que propinaron los nazis…)
Perspectivas por las que, por encima de lo meramente ‘médico’, nos hace decantarnos DECIDIDA Y FIRMEMENTE por nuestra propuesta de PREVENCIÓN mediante usar antihistamínicos como ESCUDO antiinflamatorio que inhiba la gravedad y propagación de Covid-19 hasta -¡ahora sí!- su extinción pronta (dos meses, quizá) y TOTAL.
cf., © https://peso-press.blogspot.com/2020/12/como-eliminar-de-una-vez-la-pandemia.html
© Prof. PhD. Fernando J Enebral Casares