Sloane Stephens gana y elimina a María Sharapova del torneo de Cincinnati
Hace un año este blog saludó con agrado y esperanza a Sloane Stephen, adorable tenista de --ahora--
20 años cumplidos el pasado 20 de marzo, que vencía entonces a Agnieszka
Radwanska en el torneo femenino de
Cincinnati. Y hoy nos complace repetirlo por su victoria, también en
Cincinnati, sobre María Sharapova, de 26, a la que eliminó por 2-6,
7-6, 6-3. María, siberiana de
origen, alcanzó notoriedad hace 9 años al ganar en Wimbledon a Serena Williams,
que entonces tenía 23.
Sloane es una admirable persona, inusual por su
siempre comedido e impasible
comportamiento, que lamenta sus errores
accidentales al igual que celebra sus aciertos:
con una sencilla y ‘resignada’ sonrisa que es como un amanecer en una playa silente, remanso de
paz y armonía frente al proceloso mar donde parezca que sólo triunfarán los
más ensoberbecidos, impetuosos y despiadados…
Precisamente en este blog ya advertimos el 10 de junio
de 2007 --y lo reiteramos al día
siguiente y también el 23 de enero
de 2011-- que los deportistas deberían
moderar sus gestos, tanto cuando
pierden como --sobre todo-- cuando ganan, en vez de abrir sus fauces con tal entusiasmo que más parecen babuinos enfurecidos…
Sloane Stephens
no. Es paradigma de discreción y
corrección. Y los puntos o incluso partidos que se anota, los recibe sólo
con su sonrisa de alegría contenida (para
no herir a otros), y como pidiendo disculpas por ser persona y tenista tan maravillosa…
Su belleza
interior se percibe incluso más que
el vestido ‘naranja-fosforito’
que esta vez lucía.
Sharapova pareció,
en todo caso, ‘pasada de forma’, es decir, con exceso de entrenamiento. Comenzó
--con buen criterio-- en tromba para apuntarse el primer 6-2, ante una Sloane algo falta de confianza en sí
misma…, a quien se le iban las bolas por poco…
Pero, tras comenzar el segundo set con otro fácil 2-0, María pareció confiarse…, tal vez hasta por un cierto ‘pudor’ de no apabullar a su contrincante… Y el
tenis no perdona.
Stephens fue recobrando
su autoconfianza, mientras Sharapova, sin el aspecto
resplandeciente de otras veces, ya no logró retomar el ritmo de su principio… Y
perdió en el desempate.
En el tercer set,
simplemente estaba física y mentalmente desfondada.
Incluso aunque Sloane,
con el clásico ‘temor a la victoria’, hizo
dos dobles faltas de saque cuando
llegaron los últimos puntos del partido.
Pero lo más admirable
de la ganadora es su facilidad para soltar trallazos sin descomponer la figura, sin
aparentar esfuerzo, sin mostrar esa especie de rabia u odio con que otras (y otros) golpean la bola…
Por su parte, la
derrotada quizá acusó un poco el
estilo tan temperamental que
caracterizó, de jugador, a su actual entrenador, Jimmy Connors, de quien siempre
recordaremos cómo --incluso jugando con su parte de pista ampliada con el
pasillo de dobles, y sin disponer más que de un saque para cada punto-- a sus 40
años barrió (7-5, 6-2) a Martina Navratilova, con 35, el 25 de
septiembre de 1992 en encuentro de desafío que remedaba aquel memorable que
ganó el 20 de septiembre de 1973 Billie Jean King, de 29, a Bobby Riggs, con 55, que la había retado de forma impertinente.
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