Reforma penal para ahorcarse el PP en las elecciones por la herencia envenenada que le dejó Ruiz-Gallardón y sus disparates
El problema número uno del PP de cara a unas
elecciones es que sus muchachos tienen muy poca idea de cómo hacer sugestiva al
gran público la dosis de sensatez y sentido común que toda acción de gobierno
necesita poner en práctica.
Y mucho nos tememos
que eso les pasa porque
carecen de filósofos lo bastante ‘renacentistas’
como para aunar en la debida coherencia todos los conocimientos
que hoy día es necesario manejar simultáneamente.
Es --parece-- algo semejante a lo que pudo sucederle a la
amalgama oportunista que fue la UCD cuando se planteó nada menos que organizar el Estado por Autonomías, sin saber bien qué era eso y qué podía dar de sí.
Y ya se está viendo lo que daba de sí empezar un pastel de avaricias insolidarias:
que el Estado se convierte en una gran charcutería más o menos encubierta
o aparente.
Porque la convivencia en
justicia y eficiencia se sostiene malamente sin la convicción ‘filosófica’ de
que todos
estamos en un mismo --éste-- Universo y, por tanto, todos necesitamos aprender a ‘compartirlo’
del mejor modo posible para todos.
Es decir: hay que sentar en razones filosóficas aquellas
palabras que por sabia intuición escribió Gorbachov en 1987: “La
interdependencia de nuestro mundo es tal que los pueblos juntos semejan una
cordada de alpinistas en la ladera de la montaña. Juntos pueden ascender a la
cumbre o caer juntos en el abismo” (“La perestroika”,
Plaza&Janés, p. 294).
Razones filosóficas
que, por lo demás, no han de apartarse mucho --supongo-- de que las que nosotros ya venimos
apuntando desde nuestra concurrencia a las Elecciones de 1977: las de un ecologismo
realmente pluridisciplinar y, por tanto, sensato, que dé auténtico sentido ontológico al existir
del humano sobre nuestro pequeño planeta… y vía que parece que felizmente
retoma el actual pensamiento
papal: porque lo que es de razón, es
de razón.
Y ya no se sostienen estribillos políticos de dogmáticas de siglos pasados, con
absurdas referencias ‘geográficas’ (de
izquierda o derecha) en vez de invocaciones a la razón serena y nunca hipotecada por prejuicios
de ignorante: hay que ser lo bastante valiente para aceptar que lo que es, es. Aunque no convenga a
miopes ambiciones tribales (bien
sean en forma de partidos, bien de localismos) ni
mezquinos oportunismos personales de
ser cabezas de ratón de grupúsculos exaltados mediante falsedades.
Así, si un proyecto
de reforma de Enjuiciamiento (procedimiento) Criminal (penal) contiene una memez que puede vaciar completamente de contenido el derecho a la eficaz
tutela judicial que
sienta como fundamental en el Estado de Derecho nuestro art. 24 de la Constitución, pues… será y seguirá
siendo una memez altamente inconveniente aunque se le ocurriese a
Alberto Ruiz-Gallardón o al lucero del alba…
Y habrá que suprimirla gallardamente de un plumazo y de inmediato.
Nos remitimos a (véase la prensa) la ocurrencia nefasta --y, encima, ¡retroactiva!--
de imponer plazos
de preclusión procesal
en las causas penales: de modo que si pasados seis meses desde la
incoación de una instrucción no se ha podido aún discernir con suficiente justeza, justicia, epiqueya y equidad la
responsabilidad exigible por unos hechos delictivos, resulta que esa instrucción ya se
cierra y, por tanto, se archiva sin haber llegado a conclusión alguna, y
quedando ya,
pues, IMPUNES tales hechos, y plenamente burlado
el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de las víctimas.
Más aún: por esa
retroactividad --¡que ya es el colmo!--, ¿qué pasa
con las causas que, llegado el próximo 5 de diciembre, aún sigan en fase de
instrucción... A PESAR DE haber ya CONSUMIDO más de esos seis a dieciocho meses
de plazo? ¿Se CERRARÁN
sin concluir, EN
tétrica ‘LEY DE PUNTO FINAL’?
¿Los EREs, los Gurteles, los
Pujoles y Mas, y etc.? ¡Qué barbaridad!
Por ejemplo: eso de descubrir (como el pasado 3 de octubre) a un asesino --en
el caso de Eva Blanco-- tras 18 años de constante investigación,… será ya un imposible que va a matar de risa a cualquier culpable que… , pasados esos primeros seis
(y ¡escasos!) meses --o pocos más--, ya podrá estar tomando copas en las narices de los padres de la víctima y… hasta cachondeándose de ellos… ¡Qué
delicia!
O dicho de otro modo: después de la
degradación de la convivencia ética a que el mal llamado ‘socialismo’ nos
ha llevado con reducirlo todo a un frenético
hedonismo que hasta entrena en
la primaria más primaria a los niños en perversiones
sexuales --con tal de llevarse alguien unos euros al bolsillo vendiendo miles de lubricantes--, ¡sólo
nos faltaba que la LEY confiriese ahora IMPUNIDAD a poco que el delincuente
embrolle las cosas como para que ya no le descubran de inmediato!
Y claro está que los criminales serán perversos pero… ¡no tontos! como para facilitar
su rápida identificación. Así que, ¡viva
la Pepa!: como el delito no se haga ante Notario… ¡que nos quiten lo bailado, que ya no hay quien nos pille...!
¿Se le puede
ocurrir a alguien en sus cabales algo más disparatado? Pues sí: se le
ocurrió. Pero… ¿y el mantenerlo?
(No podemos creernos que también).
Fernando
Enebral Casares
(Dr. Prof. en CC Económicas y Empresariales,
y en las de Información,
y en diversas Universidades; y Ldº en
CC. Biológicas y en Derecho)
Imágenes: Demócrito, s. V-IV a.C., predijo el átomo por intuición de coherencia; y fragmento de La Creación, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina
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