El delito de estafa electoral masiva y usurpación de votos nulos en recidiva trasnochada de nacionalismo excluyente al estilo Hítler
Cuando vemos estos
días imágenes como las que nos ha proporcionado ‘Arturito,
el Mas Trolerito’ (léase: “el Mas que Más trolas mete y que se queda como un rey”),
confieso que se me abren las carnes recordando que igualitas
eran las que nos deparaba el nacionalismo excluyente
de Hítler, y que
--como todos sabemos-- acabó no sólo
en tremendo delirio (paranoico-genocida)
como jamás alumbró la Historia en todos sus muchos milenios, sino también arruinando
por completo a la propia Germania nazi que aquel decía querer
engrandecer. (O incluso otro que tal baila: Corea del Norte, que recientemente
ha celebrado también sus delirios…)
Y en tan estremecedora analogía, encontramos igualmente
la figura jurídica, inequívoca e innegable, del fraude electoral masivo: la masiva ‘ESTAFA ELECTORAL’: en todo su esplendor,
intención, elementos, y consecuencias de verdadero e ineludible desastre: veámoslo (reproducimos al margen, para contrastación
con lo que diremos, el Fundamento de Derecho 2º de la Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 17 noviembre 1999):
Defínese, en efecto, la ESTAFA, según la doctrina
jurídica, esquemáticamente como:
1º/ una intención de enriquecimiento
indebido por parte de un pillo;
2º/ mediante engañar (a ingenuos o tontos… pero curiosamente con
ínfulas de listillos que también
buscan su lucro estúpido --estúpido
en cuanto cerrilmente insolidario--);
3º/ con decir (falsedades), o callar
(verdades);
4º/
pero ambas, en calidad de ESENCIALES para lograr el engaño;
5º/ y por las
que ese receptor ‘bobalicón que
se las da de listillo’ se decante en
uno u otro (alternativo) sentido;
y 6º/ del que
se sigue con
toda certeza un grave daño económico
para el que decidió engañado.
De tal suerte que la ESTAFA ELECTORAL (la más frecuente) vendría
a ser aquélla que, con omitir una información esencial, logra que se siga ineluctablemente una toma
de decisión que redundará en perjuicio patrimonial ineludible y cierto (no ‘opinable’, sino ‘indudable’)
para el que la adopta.
¡Curioso este delito aún no
invocado…, pero real!: que entre pícaros se llama simplemente ‘timo’,
y que ha venido a ser cabal descripción de lo hecho por… (el aquí cariñosamente
llamado) ‘Arturito,
el Mas Trolerito’ con sus embaucados paisanos que por eso
emiten voto RADICALMENTE NULO (por vicio
insubsanable de consentimiento al proceder de engaño e ignorancia invencibles),
al haberles vendido el sueño de
ser ‘Alicias’ en un ‘País de las Maravillas’ diametralmente opuesto a la cruda realidad.
Y es ESTAFA, en efecto, porque lo primero que hallamos es un ‘Arturito el
Trolerito’ que, presa del
pánico de que le destapen lo que
no quiere, trata desesperadamente de crearse
su propia Ínsula Barataria donde no haya más todopoderosos ni más jueces que él mismo, ni más ley que la suya
propia: cubriendo así el primer elemento de la estafa: el afán de enriquecimiento indebido.
Desplegando para ello --elementos 2º y 3º del delito-- el engaño
reiterado y cruel en los que son legos: el omitir
--y negar-- la cruda realidad de que, si se sale de España, se sale de Europa AUTOMÁTICA E INEVITABLEMENTE.
Omisión y negación de información REAL que es ESENCIAL --condición
4ª-- para captar
el voto hacia lo que el timador se propone --cubriendo así ya, al tiempo, el requisito 5º de la estafa--.
Y de lo cual, y con
ABSOLUTA CERTEZA, se sigue
--elemento 6º del delito-- el grave PERJUICIO
ECONÓMICO de quienes eso eligieron engañados: la ruina de Cataluña al QUEDAR FUERA de la Unión Europea.
Porque esto es así; y
es una MEMEZ --por no decir delirio PARANOICO-- ‘prometer’ cualquier otra cosa.
Más aún: ¡es que TODA
presunta riqueza económica que pueda residir en Cataluña es porque TODA
ESPAÑA se la ha ido PRESTANDO: industrias, comercios, infraestructuras, financiación
de bienestar social,…!
Y si se va --que, por nosotros ¡ya se puede estar yendo con viento fresco, para que se enteren allí de una vez ‘lo que vale un
peine’ y de ‘lo que es bueno’!--
que nos devuelvan TODO lo que, durante décadas, les hemos estado dando… (Salvo que
emulen y se declaren abiertamente seguidores de
Alí Babá…)
En todo caso, y en cuanto
hubiese fronteras y aranceles, y ruptura con el euro , y etc., TODO daría la
estampida rápidamente pugnando ¡a empellones! por ser primeros en marcharse.
Por tanto, NO ES que, con decir
esto, nosotros NO QUERAMOS
que Cataluña siga siendo España: nos importa
un pito. Pero lo que, en
cambio, y por
solidaridad, tenemos OBLIGACIÓN de denunciar y PERSEGUIR
es el
DELITO de ESTAFA ELECTORAL que entendemos que YA se ha cometido con
creces.
Fernando
Enebral Casares
Dr.
Prof. en CC. Económicas y Empresariales
y Licenciado en Derecho
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