Las fuertes olas de calor o frío son precisamente el resultado del cambio climático provocado por los gases invernadero
¿Cómo puede alguien decir en serio que las olas de calor
(o de frío) “no tienen nada que ver con
el cambio climático” (ver en el margen la referencia de prensa)?
¿Cómo puede uno ser tan ignorante (o tan cínico) para decir algo
así cuando
llevamos nosotros ¡cuarenta! años explicando que los
gases ‘invernadero’
--así llamados precisamente porque
impiden el enfriamiento nocturno de
la superficie terráquea-- provocan --con esto-- el progresivo
MAYOR calentamiento de la
zona ecuatorial de nuestro planeta que
la de los casquetes polares; MAYOR diferencia
térmica que obliga precisamente a que su igualación meteorológica AHORA tenga que hacerse mediante mayores TURBULENCIAS… que no son otra cosa que
las dichas ‘olas de calor o de frío’?
Por consiguiente, estas alternancias bruscas y ‘gooordas’ de temperatura en la zona
templada del Globo… ¡no es… que no tengan nada que ver con el cambio climático:
¡es que ¡SON!
su consecuencia
directa, y que
justamente es ¡lo que
DEFINE! eso que llamamos ‘cambio
climático’!!
(Puede verse también lo publicado en este mismo blog el 7 enero 2010)
(Puede verse también lo publicado en este mismo blog el 7 enero 2010)
¿De dónde se ha sacado la Agencia Estatal de Meteorología un portavoz que diga semejante sandez?
Y además, ¿por qué la dice? ¿Qué clase
de grupos de presión pueden hacer que un profesional (que suponemos que lo
será) diga tal dislate?
Y ¿es que la presencia de tornados en Europa no representa ya todo un ‘cambio climático’ (por
ejemplo)?
Pues repetiremos,
para que no haya dudas (y se entere también de paso el pinturero Al Gore, que tampoco sabe lo que dice
cuando habla de cambio climático), lo siguiente:
En el ecuador, los rayos solares inciden
muy perpendicularmente y calientan mucho la superficie de tierras y mares; en tanto que, en los casquetes polares, inciden --en cambio-- muy
oblicuamente y calientan muy poco.
Así, si lo que el sol calienta no puede
por la noche enfriarse, en días sucesivos irá en AUMENTO la diferencia
térmica entre el ecuador y los polos; de modo que, como la Tierra
tiene que mantenerse en equilibrio
global, tendrá que enviar ahora
más calor a latitudes polares, y más frío a las ecuatoriales.
Lo cual, por su creciente volumen, habrá
de realizarse ahora mediante ENORMES
remolinos que hacen que lleguen corrientes tórridas (olas de calor) hasta muy arriba, y flujos gélidos (olas de frío) hasta muy abajo (véase gráfico tomado de la propia AEMET).
Y esto es lo que expresa
y representa el llamado ‘cambio climático’: que
pasa de haber un clima discretamente
homogéneo, a padecer tremendas alternancias… también en lluvias torrenciales y sequías asfixiantes.
Y si alguien es capaz de rebatirnos este razonamiento,
bienvenido sea.
Prof.
Dr. Fernando Enebral Casares
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