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martes, 29 de julio de 2014

Barbaridades tributarias 3) - Reducir el tipo máximo







Cuando hace dos años Hollande propuso que las rentas del trabajo (sólo ellas) tributasen al 75% cuando fuesen superiores a un millón de euros, el Consejo Constitucional francés se lo echó abajo por diversas --y discutibles-- razones ‘de planteamiento’, como --por ejemplo-- que introducía una desigual aplicación tributaria al gravar ‘el trabajo’ y no ‘el capital’, o adscribirlo ‘al individuo’ y no a ‘la unidad familiar’, u otros tecnicismos. Pero --parece-- no al hecho de una especial progresividad en sí  en el impuesto. Puede leerse, en imagen al margen, lo que dijo, en concreto, sobre el art. 12 de la Ley de Finanzas para 2013 propuesta.

Compárese lo argüido por el Consejo francés con lo dicho aquí por nosotros el pasado sábado 19, y se verá una substancial concordancia.

De ella se deducen, por otra parte, nuevas precisiones.

En primer lugar, ya hemos dejado dicho el criterio fundamental por el que se justifica que el Estado nos quite lo que con tanto trabajo --para el común de los mortales-- nos ha costado tener: el que si alguien no cumple por propia iniciativa con la exigencia ‘existencial’, intrínseca en toda persona, de la Justicia Social por la cual deberemos COMPARTIR lo nuestro con aquellos que más que nosotros lo necesiten, entonces --y sólo entonces--, llegue el Estado y NOS LO HAGA cumplir mediante un régimen tributario REDISTRIBUTIVO.

Pero ¿qué quiere decir esto? Pues que --tal como apunta el Consejo Constitucional francés en su considerando 68 para inducir allí, acertadamente creemos, ‘carácter confiscatorio’ a un impuesto que no contemple desgravaciones-- LOS TRIBUTOS, en cuanto que suplen la inacción solidaria de los ciudadanos, MERECEN REDUCCIONES  en la medida que el contribuyente pruebe que está dando un destino socialmente eficiente a los bienes (dineros) que ‘administre’ (pues recordemos que “los bienes se tiene como propios, pero han de ADMINISTRARSE como si fueren ajenos”).

Por tanto, el impuesto sobre las rentas puede ser todo lo alto que se juzgue oportuno para suplir la inacción solidaria del contribuyente, pero… todo lo DESGRAVABLE que corresponda cuando pruebe su acción eficientemente solidaria’.

Esto se ve --y se aplica-- todos los días, y fácilmente, respecto de organizaciones que sin ánimo de lucro prestan valiosos servicios sociales. ¿Alguien, en su sano juicio, gravará fiscalmente el dinero con que cuente… pongamos… la Fundación Padre Ferrer, o la Cruz Roja, o la Iglesia Católica u otras confesiones religiosas, u ONGs, que demuestren el destino socialmente eficiente de su capital humano y fiduciario?

Pues generalícese el criterio, y que los funcionarios de Hacienda y Agencia Tributaria también se ganen así dignamente el sueldo estrujándose sus meninges en delimitar qué acciones de un supermillonario o una superempresa merecerán desgravaciones por reputarse realmente ‘redistributivas’ de renta.

Pero el que no ‘redistribuye’, … ¿a cuento de qué se le va a poner un máximo tributario RIDÍCULAMENTE pequeño en comparación con la ENORMIDAD de dinero que maneja?

Que a uno que gana más de un millón se le grave con un 45%, y que a quien gane dos mil (500 veces menos) se le quite un 30% (tan sólo una 0,333 vez menos que al que gana 500 veces más) es toda una barbaridad tributaria, se ponga uno como se ponga.

Porque al primero, un 75% (como sugería Hollande) de su renta LE SOBRA POR COMPLETO para su vida cotidiana, ¡NI SE ENTERA!  si se le resta. Mientras que al segundo, ese 30%  LE ALTERA POR COMPLETO  su cobertura de necesidades legítimas (cuidados de salud, formación cultural y laboral, contar con vivienda, atender una familia, etc).

Por lo que un régimen tributario en que el millonario pague un 45% y el asalariado un 30% es seguro QUE NO es ‘redistributivo’. Y, por ende, es COMPLETAMENTE injusto e INJUSTIFICADO.

Y aplíquese también este mismo criterio, mutatis mutandi, a las empresas (desde las grandes multinacionales, a las pequeñas familiares unipersonales).

Porque los impuestos --recuérdese-- NO SON para ‘recaudar’, sino para ‘redistribuir’.


Prof. Dr. Fernando Enebral Casares




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