El aún inmadurito Maduro rechaza que la amistad y el apoyo se expresen compartiendo una taza de café
Un tal Maduro,
así llamado como pirueta del destino, parece que repudia los modos corteses y cordiales de compartir un cafelito como forma
de expresarse mutua amistad y apoyo
en las dificultades.
Eso de que el Embajador
español en Viena sugiriese departir con Evo Morales sobre la candente actualidad al aroma de un simple ‘café
solo’ (y … ¿dónde mejor que en el propio avión del boliviano?; ¿es
que ir a tomarse un café con alguien, o a casa de alguien, es ‘espiarle’?;
¡bueno, bueno: qué cosas hay que oír!), le ha caído fatal al extrovertido y juvenil --y, por tanto, aún no señor 'ya madurito’-- Maduro. Y ha montado una pataleta contra
España cuando casualmente fue el país europeo que puso su espacio aéreo y
aeródromos a disposición del Presidente de Bolivia.
¿Qué moscas le pican a este aún --como decimos-- inmadurito
Maduro, para que se mosquee tanto por cualquier cosa?
A lo mejor es por su
rivalidad con Colombia, histórica exportadora de café…
Aunque también llama la atención que se las dé por ofendido quien,
como Maduro, no sabemos si por turismo,
prudencia, o cobardía, dejó
Moscú dándose un paseíto por otros
países, y quitarse de complicaciones.
En fin: al menos Correa ha mostrado más sabia ‘correa’ --es
decir: buen
criterio-- y con justa templanza ha contradicho el enfado consolidándose
así como corresponde
a un Presidente de Ecuador.
(De la Kirchner, con lo inquieta que siempre anda, no
ha de entrañarnos que tampoco quiera --no vaya a perder
los nervios del todo-- ni oler
un cafelito, ni
aunque se trate de alguno de pura amistad y cortesía con que relajar el ambiente).
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