¡Vivan los perros que puedan matar torturando personas!
El diputado
socialista Eduardo Madina, reciente candidato a la Secretaría General de su partido, acaba de demostrar que lo suyo no será la fotogenia cinematográfica, pero sí
es el dar en el clavo de situaciones
francamente aberrantes.
Que haya niñatos
y niñatas que se tiren al suelo
pataleando para ‘salir en la foto’ de
polis retirándolos cuando los
servicios públicos de salud se llevan
al crematorio un perro que con toda
certeza portaría el virus mortífero del
ébola y, con la misma certeza, podría convertirse en causa de muerte para decenas o centenas de personas, es muestra inequívoca
de la degradación intelectual y moral de
jóvenes a los que los apologetas del
libre comercio de drogas y de su consumo han logrado ya convertir en lelos (diagnóstico;
no, epíteto) irrecuperables y carne de
cañón de las más demenciales
demagogias.
Por el virus de la peste
porcina se sacrifican piaras de miles de cabezas para contener la propagación de la epizootia. Porque es lo más prudente y apropiado.
Con mayor razón, a un can doméstico
que, de mantenerlo vivo, enfermaría quizá entre convulsiones, y haría enfermar de igual modo a personas.
Y si es que
quieren ‘salir en la foto’ , que se autorretraten con sus móviles. Pero
que no hagan el ridículo de forma tan acéfala.
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