Garbiñe Muguruza gana a sus 22 años el Roland Garros 2016 a los 34 de Serena Williams. (Y Bob Bryan sigue cometiendo ‘falta de pie’ al sacar)

Nos complace sobremanera felicitar desde este humilde blog a Garbiñe Muguruza Blanco por haber ganado el torneo parisino de tenis 2016 de Roland Garros; y no sólo por el hecho en sí -que ya es de alabar--, cuanto por la forma en que lo ha hecho (y que hoy día es más de admirar aún). Nos explicamos:

El 23 de enero de 2011 ya escribimos aquí (http://peso-press.blogspot.com.es/2011/01/tenis-de-babuinos-no.html) que repudiábamos esos gestos ‘feroces’ que, aunque disculpables por la tensión exigida en competiciones de alto nivel, recuerdan demasiado a las amenazantes gesticulaciones de los ‘babuinos’, simios especialmente ostentosos en lo que a ‘marcar su territorio’ se refiere. Y expresiones que cuadran poco en el ‘juego limpio’ y la ‘elegancia’ con el adversario --más aún, si sale derrotado-- que debe imperar y resplandecer en el deporte: que ejemplo debe dar para la humana convivencia que tanto ha de distanciarse de las costumbres depredadoras de la selva.

Pues bien: Garbiñe ha ganado --y dominando en todo momento a la aguerrida Serena Williams, de ya 34 años-- haciendo especial gala y ejercicio de mesura, compostura y evidente serenidad --generalmente asociada a confiar en ser capaces de dominar la situación-- en todo momento. Calma, sosiego. Fundamental en el tenis (en el que la ejercitación de las facultades mentales y del equilibrio psíquico superan con creces a las exhibiciones zoológicas de mero vigor físico).

Nada de aspavientos. Nada de expresiones de parecer refocilarse con el error del contrario o su ‘machacamiento’. Y demostrando, pues, el enorme valor educativo --psicosomático-- que encierra el tenis, y por lo que es recomendable desde la tierna infancia hasta la más provecta senectud.

(En esta última, y específicamente, porque el esfuerzo cardíaco se realiza de modo esporádico, a intervalos con tiempo para recuperarse; en vez de en forma continuada (que, como en el pernicioso y estúpido ‘footing’, es lo que más riesgo de infarto produce). Pero también porque la exigencia irrenunciable de concentración mental --que supone el tener que precisar continuadamente la orden que enviamos a los músculos, con la real capacidad de éstos para reaccionar y para impulsar la bola exactamente resolviendo el problema de Física que cada raquetazo plantea--,  es el mejor educativo y, a la vez, preventivo del alzhéimer  y otras degradaciones cerebrales.  En este sentido, y aun cuando en exigencias de agilidad psicomotora, el  bádminton es, con gran diferencia, el más exigentes de todos --absolutamente todos-- los deportes, el tenis es el más recomendable  para la buena psicosomática ‘en todas las edades’ ).

Pues bien: Garbiñe Muguruza nos ha confirmado que el mejor modo de ganar al tenis es manteniendo la calma y el propio autodominio. Sin descomponer la figura ni las ideas. ¡ENHORABUENA! Hace un año, en Wimbledon, estaba la vigésima del mundo. Hoy ya está la segunda.

Por otra parte, en la final de ‘dobles-masculinos’ Roland Garros 2016 --ganada por los españoles Feliciano López y Marc López a los

hermanos americanos Bryan--, Bob Bryan sigue mostrando (como ya denunciaba este blog el 15 de septiembre de 2012:  http://peso-press.blogspot.com.es/2012/09/el-tenista-bob-bryan-siempre-pisa-raya.html)   que siempre, absolutamente siempre, comete ‘falta de pie’ --pisar la línea-- en el saque: porque su pie de apoyo  --el derecho; puesto que es zurdo--  siempre, absolutamente siempre, lo gira y lo adelanta ‘hasta pisar la línea’  ANTES DE SALTAR al realizar el golpe con que inicia el punto que se juega.  Sin embargo, jamás, incomprensiblemente jamás, le pitan esta falta.

Dr. Prof. Fernando Enebral Casares, Ldo. en CC. Biológicas

NB.- Rectificamos: a Bob Bryan le señalaron ‘falta de pie’ cuando sacaba  en el tercer set y tanteo favorable a los españoles López & López por 3-2 y ventaja (vid foto adjunta, tomada de tv).

Sin embargo, en la siguiente secuencia de fotos se recoge el movimiento habitual de sus pies antes de golpear el saque, acostumbrando pisar

raya cuando gira su pie derecho hacia la perpendicular a la línea de fondo e incluso avanzándole hasta ella.