Otra gran mentira de Zapatero
Todos sabemos que, desde sus orígenes medievales, los masones son un grupo ‘secreto’ de conjurados para apoyarse mutuamente en el único propósito de enriquecerse y copar puestos dominantes. Por tanto, la masonería es, por definición, incompatible con la solidaridad humana en general; y tampoco admite criterios de economía, filosofía, política, religión, moral, ética, veracidad, respeto a los derechos humanos, etc., que pudiesen suponer algún ‘freno’ a la desenfrenada ambición que es su único norte y razón de ser.
Por ejemplo, en cada Logia jamás habrá dos masones con la misma especialidad profesional o de negocio u ocupación: para evitar así la competencia interna y, en cambio, para poder apoyarse entre ellos… incluso a costa del resto de los mortales. Porque su idea clave es que “el fin justifica los medios”.
Y es el estar conjurados en practicar por encima de todo esa idea lo que les exige el secretismo para que sus planes (verbigracia, los de utilizar a todos como meras ‘cosas’ que ‘usar’ mientras les sirvan, y ‘tirar’ en cuanto no) no tropiecen con dificultades por el obvio rechazo social que provocarían.
Precisamente para esquivar obstáculos, los masones echan mano habitualmente de toda clase de mentiras: porque ir con la verdad por delante pondría demasiado al descubierto sus turbias maquinaciones.
Esto último se comprueba día a día en el comportamiento de Zapatero y de su principal acólito Rubalcaba, que ningún rubor tienen en manipular a personas e instituciones, y mentir cuanto les venga en gana con tal de acumular poder y riqueza aunque tras sí dejen el diluvio…
Mintieron el 11-M para encaramarse al poder sobre el montón de casi 200 muertos (porque ¿cómo sabían, nada más producirse el atentado, que no había sido ETA?: ¿porque estaban en contacto con ETA?; ¿o lo estaban con los islamistas a quienes ‘habrían’ manipulado?); han seguido mintiendo desde entonces (sobre ETA, sobre la crisis, sobre las Instituciones, sobre la Constitución,…); y ahora Zapatero miente con increíble desfachatez cuando dice la --además-- soberana idiotez de que los cinco millones de parados actuales los ha provocado Aznar… ¡en 1996! (es decir: hace 15 años). Un poco más y le echa la culpa a Adán, acusándole, de paso, de ‘violencia de género’…
Pero que sea una idiotez superlativa no me excusa el confirmar lo que es una solemne verdad que, además, mantiene hoy día toda su excepcional importancia y vigencia. Nos referimos a que bajar los tipos de interés y bajar los impuestos son las dos decisiones de política económica que, a propuesta --casualmente-- nuestra, puso en práctica hace quince años el Gobierno del PP y se demostraron no sólo las eficaces para reducir la tasa de desempleo y el déficit público, sino también ‘imprescindibles’ para asegurar la prosperidad general.
En cambio, Zapatero se dedicó a dilapidar la riqueza creada en tiempos de Aznar, y cuando a Trichet --que Dios tenga en su gloria; pero cuanto antes-- se le ocurrió volver a subir los tipos de interés, el gravísimo error de Zapatero y su ‘asesor’ (aunque completo ignorante) Sebastián fue no tomar inmediatas cartas en el asunto para contrarrestar tamaño disparate.
Más aún: Zapatero se ha pasado todos estos años negando la crisis y, por tanto, sin poner remedio al desempleo que era obvio que iba a dispararse por la recesión que desata cohibir el consumo al elevar el precio del dinero. Por tanto, el único culpable es él, mientras que el PP (a quien se apartó del gobierno con la vileza del 11-M) produjo la mayor prosperidad económica de los últimos 35 años.
Lo que sucede es que Zapatero, siguiendo el manual de cabecera de la masonería, sólo va ‘a lo suyo’, y con tal de retener el Gobierno, y aunque ello lleve a la miseria a millones de españoles, prefiere nada hacer excepto mentir cada vez que habla: a ver si cuela.
Pero no se puede seguir gobernando con tantas falsedades por delante.
Prof. Dr. Enebral Casares
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